El amor es energía que brota del alma.
Necesidad de expresión del universo a través de sus criaturas.
Cuando es procesado por la mente adquiere matices realmente diferentes.
El amor no necesita procesarse ni tampoco exponerse a
especulaciones racionalistas ni de intereses egoístas.
El amor no impone amarse a uno mismo antes que a los demás.
El amor es la entrega y la satisfacción de brindar un poder del corazón.
El amor es un continuo dar sin esperar una respuesta o una retribución.
Es la espera en silencio de días y noches en la seguridad que llegará.
El amor nos hace crecer aún en los peores momentos,
es nuestro maestro del espíritu y el que califica nuestra existencia
a medida que damos pasos en la tierra.
Nos ayuda a comunicarnos desde lo mejor que tenemos, desde lo mas puro.
Pero nunca pide, ni exige, ni condena.
Se ama tan solo por el hecho de amar y
se despide a pesar de tanto dolor en cualquier momento.
Allí hay sabiduría.
¿Quien puede decir adiós después de haber amado y no sentirse partido en dos?...
...tan solo aquella persona que ha sabido amar sin pretensiones mezquinas.
El que ha encontrado que después de tanto amar ha guardado para si
tan solo el recuerdo eterno de un amor que supo brindar lo mejor que tenia.
Se ama porque el amor forma parte de la energía aglutinante del infinito
y porque es una necesidad del alma que quiere expresarse para no morir
y porque es parte activa de la expansión y el brillo de Dios en cada una de sus criaturas.
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